jueves, 11 de octubre de 2018

Capítulo 15 - Verso 9


La entidad viviente, tomando así otro cuerpo físico, obtiene un cierto tipo de oído, ojo, lengua, nariz y sentido del tacto, los cuales se agrupan alrededor de la mente. De esa manera, ella disfruta de un determinado conjunto de objetos de los sentidos.

Comentario de Srila Prabhupada:

En otras palabras, si la entidad viviente adultera su conciencia con las cualidades de los perros y los gatos, en su siguiente vida obtiene un cuerpo de perro o de gato, y disfruta. En un principio, la conciencia es pura, como el agua. Pero si mezclamos el agua con un cierto color, ésta cambia. De modo similar, la conciencia es pura, pues el alma espiritual es pura. Pero la conciencia cambia según su contacto con las cualidades materiales. Verdadera conciencia es conciencia de Krsna. Por lo tanto, cuando uno se sitúa en el plano de conciencia de Krsna, se encuentra en su vida pura. Pero si su conciencia se ve adulterada por algún tipo de mentalidad material, en la siguiente vida recibe el cuerpo que le corresponde. Uno no obtiene de nuevo un cuerpo humano forzosamente; se puede recibir el cuerpo de un gato, de un perro, de un cerdo, de un semidiós o de muchas otras formas, ya que hay 8.400.000 especies.

martes, 9 de octubre de 2018

Capítulo 15 - Verso 8


La entidad viviente que se halla en el mundo material lleva de un cuerpo a otro sus diferentes concepciones de la vida, tal como el aire transporta los aromas. Así pues, ella adopta un tipo de cuerpo, y de nuevo lo deja para adoptar otro.

Comentario de Srila Prabhupada:

Aquí se describe a la entidad viviente como isvara, la controladora de su propio cuerpo. Si ella quiere, puede cambiar su cuerpo por uno de un grado superior, y si quiere, puede desplazarse hacia una clase inferior. Existe una diminuta independencia. El cambio de cuerpo del que es objeto depende de ella. A la hora de la muerte, la conciencia que ella ha creado la llevará al siguiente tipo de cuerpo. Si ella ha vuelto su conciencia como la de un perro o la de un gato, es seguro que se trasladará al cuerpo de un perro o de un gato. Y si ha fijado su conciencia en las cualidades divinas, se trasladará a la forma de un semidiós. Y si tiene conciencia de Krsna, será trasladada a Krsnaloka, en el cielo espiritual, y se reunirá con Krsna. Es una falsa pretensión creer que después de la aniquilación de este cuerpo todo se acaba. El alma individual transmigra de un cuerpo a otro, y su cuerpo actual y sus actividades actuales son el trasfondo de su siguiente cuerpo. Uno recibe un cuerpo diferente conforme al karma, y tiene que abandonarlo a su debido tiempo. Aquí se afirma que el cuerpo sutil, que transporta la concepción del siguiente cuerpo, manifiesta otro cuerpo en la siguiente vida. Este proceso de transmigrar de un cuerpo a otro y luchar mientras se está en el cuerpo se denomina karsati, o la lucha por la existencia.

domingo, 7 de octubre de 2018

Capítulo 15 - Verso 7


Las entidades vivientes de este mundo condicionado son Mis partes fragmentarias eternas. Debido a la vida condicionada, están luchando muy afanosamente con los seis sentidos, entre los que se incluye la mente.

Comentario de Srila Prabhupada:

En este verso se da con toda claridad la identidad del ser viviente. La entidad viviente es la parte integral fragmentaria del Señor Supremo, eternamente. No se debe creer que ella adopta la individualidad en su vida condicionada, y en su estado liberado se vuelve uno con el Señor Supremo. Ella es eternamente un fragmento. Se dice bien claro: sanatanah. Según la versión védica, el Señor Supremo se manifiesta y se expande en infinidad de expansiones, de las cuales las expansiones primarias se denominan visnu-tattva, y las expansiones secundarias se denominan entidades vivientes. En otras palabras, el visnu-tattva es la expansión personal, y las entidades vivientes son expansiones separadas. Por medio de Su expansión personal, Él se manifiesta en diversas formas, tales como el Señor Rama, Nrsimhadeva, Visnumurti y todas las Deidades regentes de los planetas Vaikunthas. Las expansiones separadas, las entidades vivientes, son eternamente servidoras. Las expansiones personales de la Suprema Personalidad de Dios, las identidades individuales de la Divinidad, siempre están presentes. Así mismo, las expansiones separadas, las entidades vivientes, tienen sus identidades. Como partes integrales fragmentarias del Señor Supremo, las entidades vivientes también tienen cualidades fragmentarias, de las cuales la independencia es una de ellas. Cada entidad viviente, como alma individual que es, tiene su individualidad personal y una diminuta forma de independencia. Por el mal uso de esa independencia uno se vuelve un alma condicionada, y con el debido uso de la independencia uno siempre está liberado. En cualquiera de los casos, uno es eterno cualitativamente, tal como el Señor Supremo. En su estado liberado, uno está libre de esta condición material, y se encuentra dedicado al trascendental servicio del Señor; en su vida condicionada, a uno lo dominan las modalidades materiales de la naturaleza, y se olvida del amoroso servicio trascendental del Señor. Como resultado de ello, uno tiene que luchar mucho para mantener su existencia en el mundo material.

Las entidades vivientes, no sólo los seres humanos y los perros y los gatos, sino incluso los grandes controladores del mundo material —Brahma, el Señor Siva, e incluso Visnu—, son todos partes integrales del Señor Supremo. Todos ellos son eternos, y no unas manifestaciones temporales. La palabra karsati ("luchando" o "esforzándose mucho") es muy significativa. El alma condicionada está atada, como si estuviera engrilletada con cadenas de hierro. Ella está atada por el ego falso, y la mente es el agente principal que la está llevando por esta existencia material. Cuando la mente está en el plano de la modalidad de la bondad, sus actividades son buenas; cuando la mente está en el plano de la modalidad de la pasión, sus actividades son problemáticas; y cuando la mente está en el plano de la modalidad de la ignorancia, ella viaja por las especies de vida inferior. Sin embargo, este verso deja en claro que al alma condicionada la cubre el cuerpo material, con la mente y los sentidos, y que cuando ella se libera esa cobertura material perece, pero su cuerpo espiritual se manifiesta con su capacidad individual. La siguiente información se encuentra en El Madhyandinayana-sruti: sa va esa brahma-nistha idam sariram martyam atisrjya brahmabhisampadya brahmana pasyati brahmana srnoti brahmanaivedam sarvam anubhavati. Se dice aquí que cuando una entidad viviente abandona este cuerpo material y entra en el mundo espiritual, revive el cuerpo espiritual, y en su cuerpo espiritual puede ver a la Suprema Personalidad de Dios frente a frente. Ella puede oírlo y hablarle frente a frente, y puede entender a la Personalidad Suprema tal como es Él. El smrti también nos hace saber que: vasanti yatra purusah sarve vaikuntha-murtayah, en los planetas espirituales todo el mundo vive en cuerpos que son como el de la Suprema Personalidad de Dios. En lo que se refiere a la estructura corporal, no hay diferencia entre las entidades vivientes que son partes integrales y las expansiones de visnu-murti. En otras palabras, en el momento de la liberación la entidad viviente recibe un cuerpo espiritual, por la gracia de la Suprema Personalidad de Dios.

Las palabras mamaivamsah ("partes integrales fragmentarias del Señor Supremo") también son muy significativas. La porción fragmentaria del Señor Supremo no es como una parte material rota. Ya hemos entendido en el Segundo Capítulo que el espíritu no se puede cortar en pedazos. Este fragmento no se puede concebir de una manera material. No es como la materia, que puede ser cortada en pedazos y unida de nuevo. Esa concepción no se aplica aquí, porque se usa la palabra sanatana ("eterna"). La porción fragmentaria es eterna. También se afirma al principio del Capítulo Dos que, en todos y cada uno de los cuerpos individuales, está presente la porción fragmentaria del Señor Supremo (dehino ‘smin yatha dehe). Esa porción fragmentaria, cuando se libera del enredo corporal, revive su cuerpo espiritual original en el cielo espiritual, en un planeta espiritual, y disfruta de la compañía del Señor Supremo. Aquí se sobrentiende, no obstante, que la entidad viviente, siendo la parte integral fragmentaria del Señor Supremo, es cualitativamente idéntica al Señor, tal como las partes integrales del oro también son oro.

miércoles, 3 de octubre de 2018

Capítulo 15 - Verso 6


Esa suprema morada Mía no está iluminada por el Sol ni la Luna, ni por el fuego, ni por la electricidad. Aquellos que llegan a ella, nunca regresan a este mundo material.

Comentario de Srila Prabhupada:

Aquí se describe el mundo espiritual, la morada de la Suprema Personalidad de Dios, Krsna, la cual se conoce como Krsnaloka, Goloka Vrndavana. En el cielo espiritual no hay ninguna necesidad de la luz del Sol, de la luz de la Luna, del fuego ni de la electricidad, porque ahí todos los planetas son autoluminosos. En este universo tenemos un solo planeta, el Sol, que es autoluminoso, pero en el cielo espiritual todos los planetas lo son. La refulgencia brillante de todos esos planetas (llamados Vaikunthas) constituye el cielo brillante conocido como el brahmajyoti. En realidad, la refulgencia emana del planeta de Krsna, Goloka Vrndavana. Parte de esa refulgencia brillante es cubierta por el mahat-tattva, el mundo material. Fuera de eso, la mayor porción de ese brillante cielo está llena de planetas espirituales, que se denominan Vaikunthas, siendo el principal de ellos Goloka Vrndavana.
Mientras la entidad viviente se encuentra en este oscuro mundo material, se halla en el seno de la vida condicionada, pero en cuanto llega al cielo espiritual mediante el proceso de cortar el falso árbol desvirtuado de este mundo material, se libera. De esa manera no hay ninguna posibilidad de regresar aquí. En su vida condicionada, la entidad viviente se considera el señor de este mundo material, pero en su estado liberado entra en el reino espiritual y se vuelve un asociado del Señor Supremo. Ahí, ella disfruta de una bienaventuranza eterna, de una vida eterna y de pleno conocimiento.
Uno debería quedar cautivado por esa información. Hay que desear trasladarse a ese mundo eterno y liberarse de este falso reflejo de la realidad. Para aquel que está demasiado apegado a este mundo material, es muy difícil cortar ese apego, pero si él se entrega al proceso de conciencia de Krsna, hay la posibilidad de que se vaya desapegando de a poco. Uno tiene que relacionarse con devotos, con aquellos que tienen conciencia de Krsna. Uno debe buscar una sociedad que esté dedicada al proceso de conciencia de Krsna, y aprender a desempeñar servicio devocional. De ese modo, uno puede cortar su apego al mundo material. No es posible desapegarse de la atracción por el mundo material con sólo vestirse de color azafrán. Hay que apegarse al servicio devocional del Señor. Por consiguiente, se debe tomar muy en serio el hecho de que, el servicio devocional, tal como se describe en el Capítulo Doce, es el único camino para salir de esta falsa representación del árbol verdadero. En el Capítulo Catorce se describe cómo la naturaleza material contamina todas las clases de procesos que hay. El servicio devocional es lo único que se describe como puramente trascendental.
Las palabras paramam mama son aquí muy importantes. En verdad, cada rincón y escondrijo es propiedad del Señor Supremo, pero el mundo espiritual es paramam, está colmado de seis opulencias. El Katha Upanisad (2.2.15) también confirma que en el mundo espiritual no hay necesidad de la luz del Sol, de la luz de la Luna ni de las estrellas (na tatra suryo bhati na candra-tarakam), ya que todo el cielo espiritual está iluminado por la potencia interna del Señor Supremo. A esa morada suprema se puede llegar únicamente por medio de la entrega, y de ninguna otra manera.

lunes, 1 de octubre de 2018

Capítulo 15 - Verso 5


Aquellos que están libres del prestigio falso, de la ilusión y de la falsa compañía, que entienden lo eterno, que han terminado con la lujuria material, que están libres de las dualidades de la felicidad y la tristeza, y que, sin ninguna confusión, saben cómo entregarse a la Persona Suprema, llegan a ese reino eterno.

Comentario de Srila Prabhupada:

Aquí se describe muy bien el proceso para entregarse. El primer requisito es que uno no debe estar engañado por el orgullo. Debido a que el alma condicionada es engreída, pues cree ser el señor de la naturaleza material, le es muy difícil entregarse a la Suprema Personalidad de Dios. Uno debe saber por medio del cultivo del verdadero conocimiento, que no es el señor de la naturaleza material; la Suprema Personalidad de Dios es el Señor. Cuando uno se libera de la ilusión causada por el orgullo, puede comenzar el proceso de la entrega. A aquel que siempre está esperando algún honor en este mundo material, no le es posible entregarse a la Persona Suprema. El orgullo se debe a la ilusión, pues, aunque uno llega aquí, se queda por poco tiempo y luego se va, tiene la necia idea de que es el señor del mundo. De ese modo, uno complica todas las cosas y siempre se encuentra en dificultades. El mundo entero se mueve bajo los efectos de esa impresión. La gente considera que la Tierra, este planeta, le pertenece a la sociedad humana, y la han dividido con la falsa impresión de que son los propietarios de ella. Uno tiene que librarse de esa falsa noción de que la sociedad humana es la propietaria de este mundo. Cuando uno se libra de ello, se libra de todas las falsas relaciones causadas por los afectos familiares, sociales y nacionales. Esas relaciones imperfectas lo atan a uno a este mundo material. Después de esa etapa, uno tiene que cultivar conocimiento espiritual. Uno tiene que cultivar conocimiento acerca de lo que verdaderamente es propiedad suya y lo que de hecho no lo es. Y cuando uno tiene un entendimiento de las cosas tal como son, se libera de todas las concepciones duales, tales como la felicidad y la tristeza, el placer y el dolor. Uno se llena de conocimiento; en ese momento le resulta posible entregarse a la Suprema Personalidad de Dios.

sábado, 29 de septiembre de 2018

Capítulo 15 - Versos 3 y 4


La verdadera forma de ese árbol no se puede percibir en este mundo. Nadie puede entender dónde termina, dónde comienza, ni dónde está su base. Pero, de un modo decidido, uno debe cortar con el arma del desapego ese árbol fuertemente enraizado. Después, uno debe buscar aquel lugar del cual, una vez que se ha ido a él, nunca se regresa, y entregarse ahí a esa Suprema Personalidad de Dios a partir de quien todo comenzó y todo se ha extendido desde tiempo inmemorial.

Comentario de Srila Prabhupada:

Ahora se afirma claramente que la verdadera forma de ese árbol baniano no se puede entender en este mundo material. Puesto que la raíz está hacia arriba, el verdadero árbol se extiende hacia el lado opuesto. Cuando uno está enredado con las expansiones materiales del árbol, no puede ver hasta dónde se extiende el mismo, ni puede ver el comienzo de él. Sin embargo, uno tiene que encontrar la causa. "Yo soy el hijo de mi padre, mi padre es el hijo de tal y cual persona, etc." Investigando de esa manera, uno llega hasta Brahma, quien fue engendrado por el Garbhodakasayi Visnu. Finalmente, cuando uno llega así a la Suprema Personalidad de Dios, ése es el fin de la investigación. Uno tiene que buscar ese origen del árbol, la Suprema Personalidad de Dios, a través de la compañía de personas que tengan conocimiento acerca de esa Suprema Personalidad de Dios. Luego, por medio de la comprensión, uno se va desapegando gradualmente de este falso reflejo de la realidad, y por medio del conocimiento uno puede cortar el vínculo y situarse de hecho en el verdadero árbol.
La palabra asanga es muy importante en relación con esto, ya que el apego al disfrute de los sentidos y a enseñorearse de la naturaleza material es muy fuerte. Por consiguiente, uno debe aprender a desapegarse mediante la discusión de la ciencia espiritual basada en las Escrituras autoritativas, y uno debe oír a personas que realmente tengan conocimiento. Como resultado de esa discusión en compañía de devotos, uno llega hasta la Suprema Personalidad de Dios. Luego, lo primero que hay que hacer es entregarse a Él. Aquí se da la descripción de ese lugar del cual, una vez que se ha ido al mismo, jamás se regresa a este falso árbol reflejado. La Suprema Personalidad de Dios, Krsna, es la raíz original de quien ha emanado todo. Para ganarse la gracia de esa Personalidad de Dios, uno sólo tiene que entregarse, y ello es el resultado de la ejecución de servicio devocional por medio del proceso de oír, cantar, etc. Él es la causa de esta extensión del mundo material. Eso ya lo ha explicado el propio Señor. Aham sarvasya prabhavah: "Yo soy el origen de todo". De manera que, para salir del enredo de este fuerte árbol baniano de la vida material, uno debe entregarse a Krsna. En cuanto uno se entrega a Krsna, se desapega automáticamente de esta extensión material.

Capítulo 15 - Versos 1 y 2


La Suprema Personalidad de Dios dijo: Se dice que hay un árbol baniano imperecedero que tiene sus raíces hacia arriba y sus ramas hacia abajo, y cuyas hojas son los himnos védicos. Aquel que conoce ese árbol es el conocedor de los Vedas.

Las ramas de ese árbol se extienden hacia abajo y hacia arriba, alimentadas por las tres modalidades de la naturaleza material. Las ramitas son los objetos de los sentidos. Ese árbol también tiene raíces que van hacia abajo, y éstas están vinculadas con las acciones fruitivas de la sociedad humana.


Comentario de Srila Prabhupada:

Después de discutir la importancia del bhakti-yoga, uno pudiera preguntar: "Y, ¿qué puede decirse de los Vedas?". En este capítulo se explica que el propósito del estudio de los Vedas es el de entender a Krsna. Por consiguiente, aquel que tiene conciencia de Krsna, que está dedicado al servicio devocional, ya conoce los Vedas.
El enredo de este mundo material se dice aquí que es como un árbol baniano. Para aquel que se dedica a las actividades fruitivas, el árbol baniano no tiene fin. Él se la pasa errando de una rama a otra. El árbol de este mundo material no tiene fin, y para aquel que está apegado a ese árbol, no hay ninguna posibilidad de liberarse. Los himnos védicos, que tienen por objeto elevarlo a uno, se dice que son las hojas de dicho árbol. Las raíces del mismo crecen hacia arriba, porque comienzan donde está Brahma, es decir, en el planeta más elevado de este universo. Si uno puede entender ese indestructible árbol de la ilusión, puede entonces liberarse de él.
Ese proceso de liberación hay que entenderlo. En los capítulos anteriores se ha explicado que hay muchos procesos por medio de los cuales se puede salir del enredo material. Y, hasta el Capítulo Trece, hemos visto que el servicio devocional que se le presta al Señor Supremo es el mejor camino. Pues bien, el principio básico del servicio devocional lo constituye el hecho de desapegarse de las actividades materiales y apegarse al servicio trascendental del Señor. Al comienzo de este capítulo se discute el proceso mediante el cual se puede deshacer el apego al mundo material. La raíz de esta existencia material crece hacia arriba. Eso significa que comienza en la sustancia material total, en el planeta más elevado del universo. De ahí se expande el universo entero, con muchísimas ramas, que representan los diversos sistemas planetarios. Los frutos representan los resultados de las actividades de las entidades vivientes, es decir, la religión, el desarrollo económico, la complacencia de los sentidos y la liberación.
Ahora bien, en este mundo no se tiene una experiencia inmediata de un árbol que tenga las ramas hacia abajo y las raíces hacia arriba, pero sí existe tal cosa. Ese árbol se puede encontrar junto a un estanque de agua. Podemos ver que los árboles que están en la orilla se reflejan en el agua con las ramas hacia abajo y las raíces hacia arriba. En otras palabras, el árbol de este mundo material sólo es un reflejo del árbol verdadero del mundo espiritual. Ese reflejo del mundo espiritual se ubica en el deseo, tal como el reflejo de un árbol se ubica en el agua. El deseo es la causa de que las cosas se encuentren en esta luz material reflejada. Aquel que quiera salir de esta existencia material, debe conocer ese árbol a fondo a través del estudio analítico. De ese modo podrá cortar su relación con él.
Ese árbol, siendo el reflejo del árbol verdadero, es una réplica exacta de él. Todo existe en el mundo espiritual. Los impersonalistas creen que Brahman es la raíz de ese árbol material, y de la raíz, según la filosofía Sankya, proceden prakrti, purusa y, luego, los tres gunas, los cinco elementos físicos (pañca-maha-bhuta), los diez sentidos (dasendriya), la mente, etc. De esa forma, ellos dividen todo el mundo material en veinticuatro elementos. Si Brahman es el centro de todas las manifestaciones, entonces este mundo material es una manifestación del centro en 180 grados, y los otros 180 grados constituyen el mundo espiritual. El mundo material es el reflejo desvirtuado, así que el mundo espiritual ha de tener la misma variedad, pero en la realidad. La prakrti es la energía externa del Señor Supremo, y el purusa es el propio Señor Supremo, y eso se explica en El Bhagavad-gita. Como esta manifestación es material, es temporal. Un reflejo es temporal, pues a veces se ve y a veces no. Pero el origen del reflejo, lo que lo produce, es eterno. El reflejo material del árbol verdadero tiene que ser cortado. Cuando se dice que una persona conoce los Vedas, se presupone que ella sabe cómo cortar el apego a este mundo material. Si uno conoce ese proceso, conoce de hecho los Vedas. Aquel a quien lo atraen las fórmulas rituales de los Vedas, está atraído a las hermosas hojas verdes del árbol. Él no conoce con exactitud el propósito de los Vedas. El propósito de los Vedas, tal como lo revela la propia Personalidad de Dios, es el de cortar ese árbol reflejado y conseguir el verdadero árbol del mundo espiritual.

Aquí se describe un poco más el árbol baniano. Sus ramas se extienden en todas las direcciones. En las partes inferiores hay diversas manifestaciones de entidades vivientes —seres humanos, animales, caballos, vacas, perros, gatos, etc.—. Éstas se encuentran en las partes inferiores de las ramas, mientras que en las partes superiores hay formas superiores de entidades vivientes: los semidioses, los Gandharvas, y muchas otras especies de vida superior. Así como un árbol se nutre con agua, este árbol se nutre con las tres modalidades de la naturaleza material. A veces vemos un terreno estéril por la falta de agua, y a veces vemos un terreno muy verde; de igual manera, en donde determinadas modalidades de la naturaleza material están en una cantidad proporcionalmente mayor, las diferentes especies de vida se manifiestan de conformidad con ello.
Las ramitas del árbol se considera que son los objetos de los sentidos. Por medio del cultivo de las diferentes modalidades de la naturaleza manifestamos diferentes sentidos, y por medio de los sentidos disfrutamos de diferentes variedades de objetos de los sentidos. Las puntas de las ramas son los sentidos —los oídos, la nariz, los ojos, etc.—, los cuales están apegados al disfrute de diferentes objetos de los sentidos. Las ramitas son el sonido, la forma, el contacto, etc. —los objetos de los sentidos—. Las raíces subsidiarias son los apegos y las aversiones, los cuales son subproductos de diferentes variedades de sufrimientos y disfrutes de los sentidos. Las tendencias hacia la piedad y la impiedad se desarrollan a partir de estas raíces, las cuales se extienden en todas las direcciones. La verdadera raíz procede de Brahmaloka, y las otras raíces se encuentran en los sistemas planetarios humanos. Después de que uno disfruta de los resultados de las actividades virtuosas en los sistemas planetarios superiores, desciende a esta Tierra y renueva su karma, o las actividades fruitivas para el ascenso. Este planeta de seres humanos se considera que es el campo de las actividades.