La humildad; la
ausencia de orgullo; la no violencia; la tolerancia; la sencillez; el acudir a
un maestro espiritual genuino; la limpieza; la constancia; el autocontrol; el
renunciar a los objetos del goce de los sentidos; la ausencia de ego falso; la
percepción de lo malo del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades;
el estar libre del enredo de los hijos, la esposa, el hogar y lo demás; la
ecuanimidad en medio de eventos agradables y desagradables; la devoción
constante y pura por Mí; el ambicionar vivir en un lugar solitario; el estar
desapegado de las masas; el aceptar la importancia de la autorrealización; y la
búsqueda filosófica de la
Verdad Absoluta: todo eso Yo declaro que es conocimiento, y
cualquier otra cosa que haya aparte de eso es ignorancia.
Comentario de Srila Prabhupada:
Algunos hombres poco
inteligentes a veces confunden este proceso de conocimiento con la interacción
del campo de la
actividad. Pero, en realidad, éste es el verdadero proceso de
conocimiento. Si uno acepta este proceso, existe entonces la posibilidad de
acercarse a la
Verdad Absoluta. Esto no es la interacción de los
veinticuatro elementos, tal como se describió antes. Éste es de hecho el medio
para salir del enredo de esos elementos. El alma encarnada está atrapada por el
cuerpo, que es una envoltura hecha de los veinticuatro elementos, y el proceso
de conocimiento tal como se describe aquí es el medio para salir de ella. De
todas las descripciones del proceso de conocimiento, el punto más importante se
describe en la primera línea del verso once. Mayi cananya-yogena bhaktir
avyabhicarini: el proceso de conocimiento culmina en el servicio devocional
puro que se le presta al Señor. De manera que, si uno no se dirige, o no es
capaz de dirigirse, al servicio trascendental del Señor, entonces los otros
diecinueve puntos no son de mucho valor. Pero si uno se entrega al servicio
devocional con plena conciencia de Krsna, los otros diecinueve puntos se
desarrollan en uno automáticamente. Como se afirma en El Srimad-Bhagavatam
(5.18.12): yasyasti bhaktir bhagavaty akiñcana sarvair gunais tatra samasate
surah. Todas las buenas cualidades del conocimiento se desarrollan en alguien
que ha llegado a la etapa del servicio devocional. El principio de aceptar a un
maestro espiritual, tal como se menciona en el verso ocho, es esencial. Incluso
para aquel que se entrega al servicio devocional, ello es de lo más importante.
La vida trascendental comienza cuando uno acepta a un maestro espiritual
genuino. La
Suprema Personalidad de Dios, Sri Krsna, afirma aquí
claramente que este proceso de conocimiento es el camino verdadero. Cualquier
otra cosa que se especule más allá de esto, es una necedad.
En cuanto al
conocimiento que se esboza aquí, los puntos se pueden analizar de la siguiente
manera. Humildad significa que uno no debe estar ansioso de tener la
satisfacción de ser honrado por otros. El concepto material de la vida lo
vuelve a uno muy ansioso de recibir honor de los demás, pero desde el punto de
vista de un hombre que tiene conocimiento perfecto —alguien que sabe que no es
este cuerpo—, cualquier cosa, el honor o el deshonor, perteneciente a este
cuerpo, es inútil. Uno no debe estar anhelando esa ilusión material. La gente
está muy ansiosa de ser famosa por su religión, y, en consecuencia, a veces se
observa que, sin entender los principios de la religión, uno ingresa en algún
grupo que de hecho no está siguiendo principios religiosos, y luego quiere
anunciarse a sí mismo como un mentor religioso. En lo que respecta al verdadero
adelanto en la ciencia espiritual, uno debe hacerse un examen para ver cuánto
está progresando. Se puede juzgar por estos factores.
Generalmente se
entiende por no violencia el no matar o destruir el cuerpo, pero, en realidad,
no violencia significa no causarles angustias a los demás. Por ignorancia, la
generalidad de la gente está atrapada en el concepto material de la vida, y
perpetuamente sufre los dolores materiales. Así que, a menos que uno eleve a la
gente al plano del conocimiento espiritual, está practicando violencia. Uno
debe tratar lo mejor que pueda de distribuir verdadero conocimiento, de modo
que la gente se ilumine y abandone este enredo material. Eso es no violencia.
Tolerancia significa
que uno debe estar dispuesto a soportar el insulto y el deshonor de que lo
hagan objeto los demás. Si uno está dedicado al adelanto del conocimiento
espiritual, será objeto de muchísimos insultos y mucho deshonor. Eso es de
esperarse, porque la naturaleza material está hecha de esa manera. Hasta un
niño como Prahlada, quien, con sólo cinco años de edad, estaba dedicado al
cultivo del conocimiento espiritual, se vio en peligro cuando su padre se puso
en contra de su devoción. El padre trató de matarlo de muchas maneras, pero
Prahlada lo toleró. Así pues, puede que haya muchos impedimentos para poder
adelantar en el conocimiento espiritual, pero debemos ser tolerantes y
continuar nuestro progreso con determinación.
Sencillez significa
que uno debe ser tan recto, que, sin diplomacia, pueda exponerle la verdad
desnuda incluso a un enemigo. En lo que se refiere a la aceptación del maestro
espiritual, eso es esencial, porque sin la instrucción de un maestro espiritual
genuino no se puede progresar en la ciencia espiritual. Uno debe acudir al
maestro espiritual con toda humildad y ofrecerle toda clase de servicios, de
modo que él tenga el agrado de conferirle sus bendiciones al discípulo. Como un
maestro espiritual genuino es un representante de Krsna, si él le otorga alguna
bendición al discípulo, eso hará que el discípulo se vuelva adelantado de
inmediato sin la prosecución de los principios regulativos. O si no, los
principios regulativos se le harán más fáciles a aquel que haya servido al
maestro espiritual sin reservas.
La limpieza es
esencial para adelantar en la vida espiritual. Hay dos clases de limpieza: la
externa y la
interna. Limpieza externa significa darse un baño, pero para
la limpieza interna uno tiene que pensar en Krsna siempre y cantar Hare Krsna,
Hare Krsna, Krsna Krsna, Hare Hare/ Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare.
Ese proceso limpia de la mente el polvo del karma pasado que se ha acumulado.
Constancia significa
que uno debe estar muy determinado a progresar en la vida espiritual. Sin esa
determinación no se puede progresar de una manera tangible. Y autocontrol
significa que no se debe aceptar nada que vaya en detrimento del sendero del
progreso espiritual. Uno debe acostrumbrarse a eso y rechazar todo lo que esté
en contra del sendero del progreso espiritual. Eso es verdadera renunciación.
Los sentidos son tan fuertes, que siempre están ansiosos de tener su propio
goce. Uno no debe complacer esas exigencias, las cuales no son necesarias. Los
sentidos sólo se deben complacer para mantener el cuerpo apto, de modo que uno
pueda desempeñar su deber para adelantar en la vida espiritual. El sentido más
importante e incontrolable de todos es el del gusto. Si uno puede controlar el
órgano del gusto, la lengua, entonces hay muchas probabilidades de controlar
los demás sentidos. La función de la lengua es la de saborear cosas y producir
sonidos. Por consiguiente, mediante la regulación sistemática, se debe siempre
ocupar la lengua en saborear los remanentes de la comida que se le ofrece a
Krsna y en cantar Hare Krsna. En lo que respecta a los ojos, no se les debe
permitir ver nada aparte de la hermosa forma de Krsna. Eso controlará los ojos.
De igual forma, los oídos se deben dedicar a oír hablar de Krsna, y la nariz se
debe dedicar a oler las flores que se le han ofrecido a Krsna. Ése es el
proceso del servicio devocional, y aquí se entiende que El Bhagavad-gita
simplemente está exponiendo la ciencia del servicio devocional. El servicio
devocional es el principal y único objetivo. Algunos comentaristas de El
Bhagavad-gita poco inteligentes tratan de apartar la mente del lector hacia
otros asuntos, pero en El Bhagavad-gita no hay ningún otro asunto aparte del
servicio devocional.
Ego falso significa
aceptar que este cuerpo es uno mismo. Cuando uno entiende que no es el cuerpo
sino alma espiritual, llega a su verdadero ego. El ego está ahí. El ego falso
se censura, pero no el ego verdadero. En la literatura védica (El
Brhad-aranyaka Upanisad 1.4.10) se dice: aham brahmasmi, "Yo soy Brahman,
yo soy espíritu". Este "yo soy", el sentido de ser, también
existe en la etapa liberada de la autorrealización. Ese
sentido de "yo soy" es ego, pero cuando se le aplica a este cuerpo
falso, es ego falso. Cuando el sentido de ser se le aplica a la realidad, eso
es ego verdadero. Hay algunos filósofos que dicen que debemos abandonar nuestro
ego, pero eso no es posible hacerlo, porque ego significa identidad. Claro que,
lo que sí tenemos que abandonar es la falsa identificación con el cuerpo.
Uno debe tratar de
entender el dolor que implica el aceptar el nacimiento, la muerte, la vejez y
las enfermedades. En diversas Escrituras védicas hay descripciones del nacimiento.
En El Srimad-Bhagavatam se describe de una manera muy gráfica el mundo del
embrión, la estadía del niño en el vientre de la madre, su sufrimiento, etc.
Debe entenderse perfectamente bien que el nacimiento es doloroso. Como hemos
olvidado cuánto hemos sufrido en el vientre de la madre, no le buscamos ninguna
solución al reiterado proceso del nacimiento y la muerte. De modo
similar, a la hora de la muerte hay toda clase de sufrimientos, y éstos también
se mencionan en las Escrituras autoritativas. Se debe discutir acerca de ellas.
En lo que respecta a las enfermedades y a la vejez, todo el mundo tiene
experiencia práctica de eso. Nadie quiere estar enfermo, y nadie quiere
envejecer, pero no hay ninguna manera de evitarlo. A menos que se tenga una
visión pesimista de esta vida material, considerando los sufrimientos del
nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades, no habrá ningún incentivo
para que adelantemos en la vida espiritual.
En cuanto al hecho
de estar desapegado de los hijos, la esposa y el hogar, eso no quiere decir que
uno no tenga ningún sentimiento por ellos. Ellos son objetos naturales de
afecto, pero si no son favorables al progreso espiritual, entonces no se debe
estar apegado a ellos. El mejor proceso para hacer que el hogar sea agradable
es el proceso de conciencia de Krsna. Si uno tiene plena conciencia de Krsna,
puede hacer que su hogar sea muy feliz, ya que este proceso de conciencia de
Krsna es muy sencillo. Uno sólo tiene que cantar Hare Krsna, Hare Krsna, Krsna
Krsna, Hare Hare/ Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare, aceptar los
remanentes de la comida que se le ha ofrecido a Krsna, discutir un poco acerca
de libros tales como El Bhagavad-gita y El Srimad-Bhagavatam, y ocuparse en la
adoración de la Deidad.
Estas cuatro cosas harán que uno sea feliz. Uno debe
adiestrar a los miembros de su familia de esa manera. Los miembros de la
familia pueden sentarse por la mañana y por la noche a cantar juntos Hare
Krsna, Hare Krsna, Krsna Krsna, Hare Hare/ Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama,
Hare Hare. Si uno puede amoldar su vida familiar de esa manera para cultivar
conciencia de Krsna, siguiendo esos cuatro principios, entonces no hay ninguna
necesidad de cambiar la vida familiar por la vida de renunciante. Pero si la
vida familiar no es apropiada, no es favorable para el adelanto espiritual,
entonces se la debe abandonar. Uno debe sacrificar todo para llegar a
comprender o servir a Krsna, tal como lo hizo Arjuna. Arjuna no quería matar a
sus familiares, pero cuando entendió que esos familiares eran impedimentos para
llegar a comprender a Krsna, aceptó la instrucción de Krsna, peleó y los mató.
En todos los casos, uno debe estar desapegado de la felicidad y la aflicción de
la vida familiar, porque en este mundo nunca se puede ser totalmente feliz ni
totalmente desdichado.
La felicidad y la
aflicción son factores concomitantes de la vida material. Uno debe aprender a
tolerar, tal como se aconseja en El Bhagavad-gita. El ir y venir de la
felicidad y la aflicción nunca se podrá impedir, así que uno debe estar
desapegado del modo de vida materialista y mantener el equilibrio
automáticamente en ambos casos. Por lo general, cuando conseguimos algo
deseable nos sentimos muy felices, y cuando obtenemos algo desagradable nos
afligimos. Pero si de hecho nos encontramos en la posición espiritual, esas
cosas no nos van a agitar. Para llegar a esa etapa, tenemos que practicar el
servicio devocional inquebrantable. Prestarle servicio devocional a Krsna sin
desviación significa dedicarse a los nueve procesos del servicio devocional
—cantar, oír, adorar, ofrecer respetos, etc.— tal como se describe en el último
verso del Noveno Capítulo. Se debe seguir ese proceso.
Naturalmente, cuando
uno se adapta al modo espiritual de la vida, no quiere mezclarse con hombres
materialistas. Eso iría en contra de su carácter. Uno puede examinarse a sí
mismo viendo cuánto se inclina a vivir en un lugar solitario, sin compañías
poco recomendables. De un modo natural, el devoto no siente gusto en
actividades deportivas innecesarias o en ir al cine o disfrutar de alguna
función social, porque él entiende que todas esas cosas son simplemente una
pérdida de tiempo. Hay muchos investigadores y filósofos que estudian la vida
sexual o algún otro asunto, pero según El Bhagavad-gita ese trabajo de
investigación y esa especulación filosófica carecen de todo valor. Ello es más
o menos una insensatez. Según El Bhagavad-gita, uno debe investigar, mediante
el discernimiento filosófico, la naturaleza del alma. Uno debe hacer una
investigación para entender el ser. Aquí se recomienda eso.
En lo que respecta a
la autorrealización, aquí se afirma de un modo claro que el bhakti-yoga es
especialmente práctico para ello. En cuanto se habla de devoción, se debe
considerar la relación que hay entre la Superalma y el alma individual. El alma
individual y la Superalma no pueden ser uno, al menos no en la concepción
bhakti, la concepción devocional de la vida. Este servicio del alma individual hacia el
Alma Suprema es eterno, nitya, tal como se expresa claramente. Así que el
bhakti, o el servicio devocional, es eterno. Uno debe establecerse en esa
convicción filosófica.
En El
Srimad-Bhagavatam (1.2.11) se explica eso. Vadanti tat tattva-vidas tattvam yaj
jñanam advayam. "Aquellos que verdaderamente son conocedores de la Verdad Absoluta,
saben que al Ser se lo comprende en tres diferentes fases: como Brahman,
Paramatma y Bhagavan". Bhagavan es la última palabra en la comprensión de la Verdad Absoluta;
por consiguiente, uno debe llegar a ese plano de comprensión de la Suprema Personalidad
de Dios, y de ese modo dedicarse al servicio devocional del Señor. Ésa es la
perfección del conocimiento.
Comenzando con la
práctica de la humildad y yendo hasta el punto de la comprensión de la Verdad Suprema, la Absoluta Personalidad
de Dios, este proceso es como una escalera que va de la planta baja hasta el
último piso. Ahora bien, en esa escalera hay muchísima gente que ha llegado al
primer piso, al segundo, al tercero, etc., pero a menos que uno llegue al
último piso, que consiste en llegar a comprender a Krsna, estará en una etapa
inferior del conocimiento. Si alguien quiere competir con Dios y al mismo
tiempo adelantar en el conocimiento espiritual, fracasará. Se dice bien claro
que sin humildad la comprensión no es verdaderamente posible. Creerse Dios es
de lo más engreído. Aunque la entidad viviente siempre es pateada por las
estrictas leyes de la naturaleza material, no obstante, por ignorancia, piensa:
"Yo soy Dios". El comienzo del conocimiento lo constituye, pues, amanitva,
la humildad. Uno
debe ser humilde y saber que está subordinado al Señor Supremo. Debido a la
rebelión en contra del Señor Supremo, uno queda subordinado a la naturaleza
material. Se debe saber esa verdad y estar convencido de ella.