Aquellos que siguen
este imperecedero sendero del servicio devocional y que con fe se dedican a él
por entero, teniéndome a Mí como la meta suprema, son muy, muy queridos por Mí.
Comentario de Srila Prabhupada:
En este capítulo,
desde el verso 2 hasta el final —desde mayy avesya mano ye mam ("fijando
la mente en Mí") hasta ye tu dharmamrtam idam ("esta religión de la
ocupación eterna")—, el Señor Supremo ha explicado los procesos del
servicio trascendental mediante los cuales uno puede dirigirse a Él. Esos
procesos son muy queridos por el Señor, y Él acepta a una persona que se dedica
a ellos. Arjuna hizo la pregunta de quién es mejor —aquel que se dedica al
sendero del Brahman impersonal o aquel que se dedica al servicio personal de la Suprema Personalidad
de Dios—, y el Señor le respondió tan explícitamente, que no hay ninguna duda
de que el servicio devocional que se le presta a la Personalidad de Dios es el
mejor de todos los procesos de iluminación espiritual. En otras palabras, en
este capítulo se ha decidido que, a través de las buenas compañías se
desarrolla en uno el apego al servicio devocional puro, en virtud de lo cual
uno acude a un maestro espiritual genuino y por él comienza a oír, a cantar y a
observar los principios regulativos del servicio devocional con fe, apego y
devoción, y de ese modo uno se dedica al servicio trascendental del Señor. En
este capítulo se recomienda ese sendero; por lo tanto, no hay ninguna duda de
que el servicio devocional es el único sendero absoluto para la
autorrealización, para conseguir a la Suprema Personalidad
de Dios. La concepción impersonal de la Suprema Verdad Absoluta ,
tal como se describe en este capítulo, se recomienda únicamente hasta el
momento en que uno se rinde en busca de la autorrealización. Dicho
de otro modo, mientras uno no tenga la oportunidad de relacionarse con un
devoto puro, la concepción impersonal puede ser beneficiosa. En medio de la
concepción impersonal de la
Verdad Absoluta , uno trabaja sin resultado fruitivo, medita y
cultiva conocimiento para entender el espíritu y la materia. Eso es
necesario mientras uno no tenga la compañía de un devoto puro. Por fortuna, si
en uno se desarrolla directamente el deseo de dedicarse al proceso de
conciencia de Krsna a través del servicio devocional puro, no es necesario
tener que ir mejorando por pasos en el campo de la iluminación espiritual. El
servicio devocional, tal como se describe en los seis capítulos intermedios de
El Bhagavad-gita, es más apropiado. No es necesario preocuparse por las cosas
con las que se mantienen el cuerpo y el alma juntos, ya que, por la gracia del
Señor, todo se da automáticamente.
Así terminan los significados de Bhaktivedanta del
Duodécimo Capítulo de El Srimad Bhagavad-gita, en relación con el servicio devocional.
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