domingo, 19 de enero de 2014

Canto II Versos 29 y 30

Unos consideran al Espíritu como una maravilla(8), otros hablan de Él como un portento, y otros oyen hablar de Él como un prodigio, pero nadie después de oír, es capaz de comprender.
Siendo el Espíritu sempiterno e indestructible, no puede recibir el menor daño. Así, no te aflijas por ninguna criatura viviente.
 
NOTAS
(8) Esto es, no comprenden que ese Espíritu es el Yo supremo que se oculta en lo más íntimo de su ser.
 
 
 
 
 
 
 
 

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