Al contemplar los
objetos de los sentidos, en la persona se desarrolla el apego a ellos, de ese
apego nace la lujuria, y de la lujuria surge la ira.
SIGNIFICADO
Aquel que no está
consciente de Krsna es propenso a tener deseos materiales mientras contempla
los objetos de los sentidos. Los sentidos requieren de ocupaciones reales, y si
no están ocupados en el trascendental servicio amoroso del Señor, buscarán sin
duda una ocupación en el servicio del materialismo. En el mundo material,
todos, incluso el Señor Siva y el Señor Brahma, para no hablar de otros
semidioses de los planetas celestiales, están sometidos a la influencia de los
objetos de los sentidos, y volverse consciente de Krsna es el único método para
librarse de este enigma que es la existencia material. El Señor Siva se hallaba
profundamente absorto en la meditación, pero cuando Parvati lo provocó en aras
del placer de los sentidos, él accedió a la propuesta, y como resultado de ello
nació K/artikeya. Cuando Haridasa Thakura era un joven devoto del Señor, fue
tentado de la misma manera por la encarnación de Maya-devi, pero Haridasa pasó
la prueba fácilmente, gracias a la devoción pura que le profesaba al Señor
Krsna. Como se ilustró en el verso de Sri Yamunacarya que se citó
anteriormente, un sincero devoto del Señor evita toda clase de goce material de
los sentidos, en virtud del gusto superior que encuentra en el disfrute
espiritual que hay en la compañía del Señor. Ése es el secreto del éxito. Por
lo tanto, aquel que no se encuentra en el estado de conciencia de Krsna, por
poderoso que sea en controlar los sentidos mediante la represión artificial, es
seguro que finalmente fracasa, pues el más ligero pensamiento en el placer
sensual lo agitará y lo llevará a satisfacer sus deseos.
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