Y Yo soy el
fundamento del Brahman impersonal, que es inmortal, imperecedero y eterno, y
que es la posición constitucional de la felicidad suprema.
Comentario de Srila Prabhupada:
El Brahman está
constituido por inmortalidad, perdurabilidad, eternidad y felicidad. El Brahman
es el comienzo de la comprensión trascendental. El Paramatma, la Superalma, es
el intermedio, la segunda etapa de la comprensión trascendental, y la Suprema Personalidad
de Dios es la comprensión máxima acerca de la Verdad Absoluta. Por
consiguiente, tanto el Paramatma como el Brahman impersonal se encuentran
dentro de la
Persona Suprema. En el Capítulo Siete se explica que la
naturaleza material es la manifestación de la energía inferior del Señor
Supremo. El Señor fecunda la naturaleza material inferior con los fragmentos de
la naturaleza superior, y ése es el toque espiritual que hay en la naturaleza
material. Cuando una entidad viviente que está condicionada por esta naturaleza
material comienza el cultivo del conocimiento espiritual, se eleva de la
posición que tiene en la existencia material, y asciende gradualmente hasta la concepción Brahman
del Supremo. Ese logro de la concepción Brahman de la vida es la primera etapa
de la
autorrealización. En esa etapa, la persona que ha logrado la iluminación Brahman
es trascendental a la posición material, pero no es verdaderamente perfecta en
lo que se refiere a la comprensión Brahman. Si ella así lo desea, puede
continuar permaneciendo en la posición Brahman , y después elevarse gradualmente
hasta la
comprensión Paramatma , y luego hasta la comprensión de la Suprema Personalidad
de Dios. Hay muchos ejemplos de eso en la literatura védica. Los cuatro Kumaras
primero estaban situados en la concepción Brahman impersonal de la verdad, pero
luego ascendieron poco a poco hasta el plano del servicio devocional. Aquel que
no puede elevarse más allá de la concepción impersonal del Brahman, corre el
riesgo de caer. En El Srimad-Bhagavatam se afirma que, aunque una persona se
eleve hasta la etapa del Brahman impersonal, si no va más adelante, si no
obtiene información acerca de la Persona Suprema , su inteligencia no está
perfectamente clara. Por lo tanto, a pesar de haber ascendido hasta el plano
Brahman, si uno no está dedicado al servicio devocional del Señor, hay la
posibilidad de caer. En el lenguaje védico también se dice: raso vai sah, rasam
hy evayam labdhvanandi bhavati, "Cuando uno entiende a la Personalidad de
Dios, el embalse del placer, Krsna, uno se vuelve en verdad bienaventurado de
un modo trascendental" (El Taittiriya Upanisad 2.7.1). El Señor Supremo está
colmado de seis opulencias, y cuando un devoto se acerca a Él, ocurre un
intercambio de esas seis opulencias. El sirviente del rey disfruta
prácticamente igual que el rey. Y, así pues, la felicidad eterna —la felicidad
imperecedera— y la vida eterna acompañan al servicio devocional. Por
consiguiente, la comprensión del Brahman, o la eternidad, o la perdurabilidad,
está incluida en el servicio devocional. Eso ya lo posee una persona que está
dedicada al servicio devocional.
La entidad viviente,
aunque es Brahman por naturaleza, tiene el deseo de enseñorearse del mundo
material, y debido a ello cae. En su posición constitucional, la entidad
viviente se halla por encima de las tres modalidades de la naturaleza material,
pero la relación con la naturaleza material la enreda en las diferentes
modalidades de dicha naturaleza: la bondad, la pasión y la ignorancia. Debido
a su relación con esas tres modalidades, existe su deseo de dominar el mundo
material. Al ella dedicarse al servicio devocional con plena conciencia de
Krsna, se sitúa de inmediato en la posición trascendental, y su deseo ilícito
de controlar la naturaleza material es eliminado. Por consiguiente, el proceso
del servicio devocional que comienza con oír, cantar, recordar, etc. —los nueve
métodos prescritos para efectuar servicio devocional—, se debe practicar con la
compañía de devotos. Gradualmente, en virtud de esa compañía, en virtud de la
influencia del maestro espiritual, se disipa el deseo material de dominar que
uno tiene, y uno se sitúa firmemente en el amoroso servicio trascendental del
Señor. Ese método se prescribe en los versos de este capítulo que van del
veintidós al último. El servicio devocional del Señor es muy sencillo: uno
siempre debe dedicarse al servicio del Señor, comer los remanentes de la comida
que se le ofrece a la Deidad, oler las flores que se ofrecen a los pies de loto
del Señor, ver los lugares donde el Señor realizó Sus pasatiempos
trascendentales, leer acerca de las diferentes actividades del Señor, de la
reciprocidad de amor que hay entre Él y Sus devotos, proferir siempre el sonido
trascendental Hare Krsna, Hare Krsna, Krsna Krsna, Hare Hare/ Hare Rama, Hare
Rama, Rama Rama, Hare Hare, y observar los días de ayuno en los que se
conmemoran las apariciones y desapariciones del Señor y Sus devotos. Por el
hecho de seguir ese proceso, uno se desapega por completo de todas las
actividades materiales. Aquel que se puede situar así en el brahmajyoti o en
las diferentes variedades de la concepción Brahman , es de la misma calidad que la Suprema Personalidad
de Dios.
Así terminan los significados de Bhaktivedanta del
Decimocuarto Capítulo de El Srimad Bhagavad-gita, en relación con las tres modalidades de la
naturaleza material.
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