He visto lo que antes nadie vió, y mi corazón se regocija, aunque desfallecido por el temor. Muéstrate de nuevo en tu precedente Forma. Piedad, ¡oh Dios de los dioses, hogar de los mundos!
Ceñida la diadema y en tus manos la maza y la rodela, como antes otra vez verte deseo. Expón de nuevo Tu cuatribrácea Forma, ¡oh señor de brazos mil e innumerables formas!
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