Refulgente cual mole de omnilátero esplendor, Te contemplo de tiara ceñido y de maza y rodela armado. Como fuego resplandeces y como sol inmenso deslumbras la mirada en cualquier lado del cielo.
Imperecedero, excelso eres sobre toda idea. Arca suprema en que todo está inmanente; inmutable celador del Dharma eterno y Causa inmemorial de cuanto existe.
Así pienso de Ti.
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