Esa suprema morada
Mía no está iluminada por el Sol ni la Luna, ni por el fuego, ni por la electricidad. Aquellos
que llegan a ella, nunca regresan a este mundo material.
SIGNIFICADO
Aquí se describe el
mundo espiritual, la morada de la Suprema Personalidad
de Dios, Krsna, la cual se conoce como Krsnaloka, Goloka Vrndavana. En el cielo
espiritual no hay ninguna necesidad de la luz del Sol, de la luz de la Luna,
del fuego ni de la electricidad, porque ahí todos los planetas son
autoluminosos. En este universo tenemos un solo planeta, el Sol, que es
autoluminoso, pero en el cielo espiritual todos los planetas lo son. La
refulgencia brillante de todos esos planetas (llamados Vaikunthas) constituye
el cielo brillante conocido como el brahmajyoti. En realidad, la refulgencia
emana del planeta de Krsna, Goloka Vrndavana. Parte de esa refulgencia
brillante es cubierta por el mahat-tattva, el mundo material. Fuera de eso, la
mayor porción de ese brillante cielo está llena de planetas espirituales, que
se denominan Vaikunthas, siendo el principal de ellos Goloka Vrndavana.
Mientras la entidad
viviente se encuentra en este oscuro mundo material, se halla en el seno de la
vida condicionada, pero en cuanto llega al cielo espiritual mediante el proceso
de cortar el falso árbol desvirtuado de este mundo material, se libera. De esa
manera no hay ninguna posibilidad de regresar aquí. En su vida condicionada, la
entidad viviente se considera el señor de este mundo material, pero en su estado
liberado entra en el reino espiritual y se vuelve un asociado del Señor
Supremo. Ahí, ella disfruta de una bienaventuranza eterna, de una vida eterna y
de pleno conocimiento.
Uno debería quedar
cautivado por esa información. Hay que desear trasladarse a ese mundo eterno y
liberarse de este falso reflejo de la realidad. Para aquel que está demasiado apegado a
este mundo material, es muy difícil cortar ese apego, pero si él se entrega al
proceso de conciencia de Krsna, hay la posibilidad de que se vaya desapegando
de a poco. Uno tiene que relacionarse con devotos, con aquellos que tienen
conciencia de Krsna. Uno debe buscar una sociedad que esté dedicada al proceso
de conciencia de Krsna, y aprender a desempeñar servicio devocional. De ese
modo, uno puede cortar su apego al mundo material. No es posible desapegarse de
la atracción por el mundo material con sólo vestirse de color azafrán. Hay que
apegarse al servicio devocional del Señor. Por consiguiente, se debe tomar muy
en serio el hecho de que, el servicio devocional, tal como se describe en el
Capítulo Doce, es el único camino para salir de esta falsa representación del
árbol verdadero. En el Capítulo Catorce se describe cómo la naturaleza material
contamina todas las clases de procesos que hay. El servicio devocional es lo
único que se describe como puramente trascendental.
Las palabras paramam
mama son aquí muy importantes. En verdad, cada rincón y escondrijo es propiedad
del Señor Supremo, pero el mundo espiritual es paramam, está colmado de seis opulencias.
El Katha Upanisad (2.2.15) también confirma que en el mundo espiritual no hay
necesidad de la luz del Sol, de la luz de la Luna ni de las estrellas (na tatra
suryo bhati na candra-tarakam), ya que todo el cielo espiritual está iluminado
por la potencia interna del Señor Supremo. A esa morada suprema se puede llegar
únicamente por medio de la entrega, y de ninguna otra manera.
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