lunes, 13 de julio de 2015

Capítulo 17 - Versos 5 y 6



A aquellos que se someten a severas austeridades y penitencias que no se recomiendan en las Escrituras, y que las realizan por orgullo y egoísmo, a quienes los mueven la lujuria y el apego, quienes son necios y quienes torturan los elementos materiales del cuerpo así como también a la Superalma que mora dentro, se los ha de conocer como demonios.

SIGNIFICADO
Hay personas que inventan formas de austeridad y penitencia que no se mencionan en las disposiciones de las Escrituras. Por ejemplo, ayunar con algún propósito ulterior, tal como el de promover un fin puramente político, no se menciona en las indicaciones de las Escrituras. Las Escrituras recomiendan ayunar en aras del adelanto espiritual, y no con algún fin político o con un propósito social. Las personas que se entregan a esa clase de austeridades son, según El Bhagavad-gita, ciertamente demoníacas. Sus actos van en contra de las disposiciones de las Escrituras y no son de beneficio para la generalidad de la gente. En realidad, ellos actúan movidos por el orgullo, el ego falso, la lujuria y el apego al disfrute material. Por medio de esas actividades no sólo se perturba la combinación de elementos materiales de la que está construido el cuerpo, sino que también se perturba a la propia Suprema Personalidad de Dios que vive dentro del cuerpo. Esos desautorizados ayunos o austeridades con algún fin político, son sin duda muy perturbadores para los demás. En la literatura védica no se los menciona. Puede que una persona demoníaca crea que por medio de ese método puede forzar a su enemigo o a otros bandos a que acepten sus deseos, pero hay quien ha muerto por esa clase de ayuno. Esos actos no los aprueba la Suprema Personalidad de Dios, y Él dice que los que se dedican a ellos son demonios. Semejantes demostraciones son insultos que se le hacen a la Suprema Personalidad de Dios, porque se efectúan desobedeciendo los mandatos de las Escrituras védicas. La palabra acetasah es significativa en relación con esto. Las personas que están en una condición mental normal, deben obedecer las disposiciones de las Escrituras. Aquellos que no están en esa posición, hacen caso omiso de las Escrituras y las desobedecen, e inventan su propia forma de austeridades y penitencias. Uno siempre debe recordar cómo termina la gente demoníaca, tal como se describe en el capítulo anterior. El Señor los obliga a nacer en el vientre de personas demoníacas. En consecuencia, ellos vivirán con principios demoníacos vida tras vida, sin conocer la relación que tienen con la Suprema Personalidad de Dios. Sin embargo, si esas personas son lo suficientemente afortunadas como para que las guíe un maestro espiritual que pueda dirigirlas hacia la senda de la sabiduría védica, pueden salirse de ese enredo y finalmente alcanzar la meta suprema.

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