Al alma encarnada se
la puede alejar del disfrute de los sentidos, aunque el gusto por los objetos
de los sentidos aún quede en ella. Pero, al experimentar un gusto superior y
dejar por ello semejantes ocupaciones, su conciencia queda fija.
SIGNIFICADO
A menos que uno se
sitúe en el plano trascendental, no es posible dejar de complacer los sentidos.
El proceso de la restricción del disfrute sensual mediante reglas y
regulaciones, es algo así como restringirle cierta clase de alimentos a una
persona enferma. Al paciente no le gustan tales restricciones, ni dejan de
gustarle los alimentos. De igual manera, la restricción de los sentidos
mediante algún proceso espiritual, tal como el astanga-yoga —que comprende el
yama, niyama, asana, pranayama, pratyahara, dharana, dhyana, etc.—, se
recomienda para personas poco inteligentes que no conocen nada mejor. Pero
aquel que ha probado la belleza del Supremo Señor Krsna en el transcurso de su
avance en el proceso de conciencia de Krsna, pierde el gusto por las cosas
materiales muertas. Por consiguiente, las restricciones están hechas para los
poco inteligentes y neófitos en la vida espiritual, y esas restricciones son
buenas únicamente hasta que uno saborea de hecho el proceso de conciencia de
Krsna. Cuando uno verdaderamente está consciente de Krsna, de forma automática
dejan de gustarle las cosas desabridas.
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