domingo, 30 de octubre de 2016

Capítulo 2 - verso 59

Al alma encarnada se la puede alejar del disfrute de los sentidos, aunque el gusto por los objetos de los sentidos aún quede en ella. Pero, al experimentar un gusto superior y dejar por ello semejantes ocupaciones, su conciencia queda fija.

SIGNIFICADO

A menos que uno se sitúe en el plano trascendental, no es posible dejar de complacer los sentidos. El proceso de la restricción del disfrute sensual mediante reglas y regulaciones, es algo así como restringirle cierta clase de alimentos a una persona enferma. Al paciente no le gustan tales restricciones, ni dejan de gustarle los alimentos. De igual manera, la restricción de los sentidos mediante algún proceso espiritual, tal como el astanga-yoga —que comprende el yama, niyama, asana, pranayama, pratyahara, dharana, dhyana, etc.—, se recomienda para personas poco inteligentes que no conocen nada mejor. Pero aquel que ha probado la belleza del Supremo Señor Krsna en el transcurso de su avance en el proceso de conciencia de Krsna, pierde el gusto por las cosas materiales muertas. Por consiguiente, las restricciones están hechas para los poco inteligentes y neófitos en la vida espiritual, y esas restricciones son buenas únicamente hasta que uno saborea de hecho el proceso de conciencia de Krsna. Cuando uno verdaderamente está consciente de Krsna, de forma automática dejan de gustarle las cosas desabridas.

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