Aquel que Me conoce
como el innaciente, como el que no tiene principio, como el Supremo Señor de
todos los mundos, sólo él, que entre los hombres está libre de engaño, se
libera de las reacciones de los pecados.
Comentario de Srila Prabhupada:
Como se dice en el
Capítulo Siete (7.3): manusyanam sahasresu kascid yatati siddhaye, aquellos que
están tratando de elevarse hasta el plano de la comprensión espiritual, no son
hombres ordinarios; ellos son superiores a millones y millones de hombres
ordinarios que carecen de conocimiento acerca de la iluminación espiritual.
Pero entre aquellos que verdaderamente están tratando de entender su situación
espiritual, aquel que puede llegar a comprender que Krsna es la Suprema Personalidad
de Dios, el propietario de todo, el innaciente, es la persona consumada de
mayor éxito espiritual. Sólo en esa etapa, cuando se ha comprendido enteramente
la suprema posición de Krsna, puede uno estar libre por completo de todas las
reacciones pecaminosas.
Aquí se describe al
Señor con la palabra aja, que significa innaciente, pero Él es distinto de las
entidades vivientes, a quienes se las describe como aja en el Capítulo Dos. El
Señor es diferente de las entidades vivientes, que están naciendo y muriendo a
causa del apego material. Las almas condicionadas están cambiando sus cuerpos,
pero el cuerpo de Él es incambiable. Incluso cuando Él viene a este mundo
material, lo hace como el mismo innaciente; por lo tanto, en el Cuarto Capítulo
se dice que el Señor, en virtud de Su potencia interna, no se halla bajo el
control de la energía material inferior, sino que siempre se halla en el plano
de la energía superior.
En este verso, las
palabras vetti loka-mahesvaram indican que uno debe saber que el Señor Krsna es
el propietario supremo de los sistemas planetarios del universo. Él existía
antes de la creación, y Él es diferente de Su creación. Todos los semidioses
fueron creados dentro de este mundo material, pero en lo que respecta a Krsna,
se dice que Él no es creado; así pues, Krsna es diferente incluso de los
grandes semidioses, tales como Brahma y Siva. Y como Él es el creador de
Brahma, Siva y todos los demás semidioses, Él es la Persona Suprema de
todos los planetas.
Sri Krsna es,
entonces, diferente de todo lo creado, y cualquiera que lo conozca de ese modo,
se libera de inmediato de todas las reacciones pecaminosas. Para tener
conocimiento acerca del Señor Supremo, uno debe estar liberado de las
actividades pecaminosas. A Él sólo se lo puede conocer por medio del servicio
devocional —y por ningún otro medio—, tal como se declara en El Bhagavad-gita.
Uno no debe tratar
de entender a Krsna como si Él fuera un ser humano. Como se dijo antes, sólo
una persona necia lo considera a Él un ser humano. Ello se expresa aquí de
nuevo de una manera diferente. Un hombre que no es necio, que es lo
suficientemente inteligente como para entender la posición constitucional de la
Divinidad, siempre está libre de todas las reacciones pecaminosas.
Si a Krsna se lo
conoce como el hijo de Devaki, entonces, ¿cómo puede ser innaciente? Eso
también se explica en El Srimad-Bhagavatam: cuando Él apareció ante Devaki y
Vasudeva, no nació como un niño ordinario; Él apareció en Su forma original, y
luego se transformó en un niño ordinario.
Todo lo que se hace
bajo la dirección de Krsna es trascendental. Ello no puede contaminarse con las
reacciones materiales, las cuales pueden ser favorables o desfavorables. La
concepción de que en el mundo material hay unas cosas favorables y otras
desfavorables es más o menos una invención mental, pues en el mundo material no
hay nada favorable. Todo es desfavorable, porque la propia cobertura material
es desfavorable. Nosotros tan sólo imaginamos que es favorable. Lo
verdaderamente favorable depende de las actividades que se realizan en el plano
de conciencia de Krsna con plena devoción y servicio. Si de algún modo
queremos, pues, que nuestras actividades sean auspiciosas, debemos trabajar
entonces bajo las indicaciones del Señor Supremo. Esas indicaciones se dan en
Escrituras autoritativas tales como El Srimad-Bhagavatam y El Srimad
Bhagavad-gita, o las da un maestro espiritual genuino. Como el maestro
espiritual es el representante del Señor Supremo, sus indicaciones son
directamente las indicaciones del Señor Supremo. El maestro espiritual, las
personas santas y las Escrituras dirigen de la misma manera. Entre estas tres
fuentes no hay ninguna contradicción. Todas las acciones que se hacen bajo esa
dirección, están libres de las reacciones de las actividades piadosas o impías
de este mundo material. La actitud trascendental que el devoto tiene en la
ejecución de actividades es de hecho una actitud de renunciación, y eso se
denomina sannyasa. Como se declara en el primer verso del Sexto Capítulo de El
Bhagavad-gita, aquel que actúa como una cuestión de deber porque así se lo ha
ordenado el Señor Supremo, y que no busca refugiarse en los frutos de sus
actividades (anasritah karma-phalam), es un verdadero renunciante. Todo aquel
que actúa bajo la dirección del Señor Supremo es de hecho un sannyasi y un
yogi, y no el hombre que simplemente ha adoptado el traje del sannyasi, o un
falso yogi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario