Se dice que la
naturaleza es la causa de todas las causas y efectos materiales, mientras que
la entidad viviente es la causa de los diversos sufrimientos y disfrutes que
hay en este mundo.
Comentario de Srila Prabhupada:
Los diferentes tipos
de cuerpo y de sentidos que hay entre las entidades vivientes, se deben a la
naturaleza material. Hay 8.400.000 diferentes especies de vida, y estas
variedades son creaciones de la naturaleza material. Ellas surgen de los
diferentes placeres de los sentidos de la entidad viviente, la cual, en
consecuencia, desea vivir en un cuerpo u otro. Cuando a ella se la pone en
diferentes cuerpos, disfruta de diferentes clases de felicidad y aflicción. Su felicidad
y aflicción materiales se deben a su cuerpo, y no a ella misma de por sí. En su
estado original, no hay ninguna duda de su disfrute; por lo tanto, ése es su
estado verdadero. A causa del deseo de enseñorearse de la naturaleza material,
ella se encuentra en el mundo material. En el mundo espiritual no hay tal cosa.
El mundo espiritual es puro, pero en el mundo material todos se esfuerzan mucho
por conseguir diferentes clases de placeres para el cuerpo. Puede que sea más
claro decir que este cuerpo es un efecto de los sentidos. Los sentidos son
instrumentos para complacer los deseos. Ahora bien, todo ello —el cuerpo y los
sentidos que sirven de instrumentos— lo ofrece la naturaleza material, y, como
se pondrá de manifiesto en el siguiente verso, la entidad viviente es bendecida
o condenada por una serie de circunstancias, de conformidad con el deseo y la
actividad que tuvo en el pasado. Según los deseos y las actividades de uno, la
naturaleza material lo pone en diversas residencias. El propio ser es la causa
de su presencia en esas residencias, y del disfrute o sufrimiento que lo
acompañan. Una vez que se lo coloca en un determinado tipo de cuerpo, queda
bajo el control de la naturaleza, porque el cuerpo, siendo materia, actúa de
acuerdo con las leyes de la
naturaleza. En ese momento, la entidad viviente no tiene
ningún poder para cambiar esa ley. Supóngase que a una entidad se la pone en un
cuerpo de perro. Tan pronto como eso ocurre, tiene que actuar como un perro.
Ella no puede actuar de otra manera. Y si la entidad viviente es puesta en un
cuerpo de cerdo, se ve forzada entonces a comer excremento y a actuar como un
cerdo. De forma similar, si a la entidad viviente se la pone en un cuerpo de
semidiós, tiene que actuar de conformidad con su cuerpo. Ésa es la ley de la naturaleza. Pero
en todas las circunstancias, la Superalma está con el alma individual. Eso se
explica en los Vedas (El Mundaka Upanisad 3.1.1) de la siguiente manera: dva
suparna sayuja sakhayah. El Señor Supremo es tan bueno con la entidad viviente,
que siempre acompaña al alma individual, y en todas las circunstancias está
presente en forma de la Superalma, o Paramatma.
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