Sin embargo, en este
cuerpo hay otro disfrutador, uno trascendental, quien es el Señor, el
propietario supremo, quien existe como supervisor y sancionador, y a quien se
conoce como la Superalma.
Comentario de Srila Prabhupada:
Aquí se afirma que
la Superalma, que se encuentra siempre con el alma individual, es la
representación del Señor Supremo. Ella no es una entidad viviente ordinaria.
Como los filósofos monistas consideran que el conocedor del cuerpo es uno,
creen que no hay diferencia entre la Superalma y el alma individual. Para
aclarar esto, el Señor dice que Él es la representación de Paramatma que hay en
cada cuerpo. Él es diferente del alma individual; Él es para, trascendental. El
alma individual disfruta de las actividades de un determinado campo, pero la
Superalma no está presente como disfrutador finito ni como alguien que
participa en las actividades corporales, sino como el testigo, el supervisor,
el sancionador y el disfrutador supremo. Su nombre es Paramatma, no atma, y Él
es trascendental. Está bien claro que el atma y Paramatma son diferentes. La
Superalma, el Paramatma, tiene piernas y manos por todas partes, mas no así el
alma individual. Y como el Paramatma es el Señor Supremo, está presente
internamente para sancionar el deseo de disfrute material que tiene el alma
individual. Sin la sanción del Señor Supremo, el alma individual no puede hacer
nada. El individuo es bhukta, o el sostenido, y el Señor es bhokta, o el sustentador.
Hay infinidad de entidades vivientes, y Él se queda en ellas en calidad de
amigo.
Lo cierto es que
cada entidad viviente individual es por siempre parte integral del Señor
Supremo, y ambos están muy íntimamente relacionados como amigos. Pero la entidad
viviente tiene la tendencia a rechazar la sanción del Señor Supremo y actuar de
un modo independiente, en un intento por dominar la naturaleza; y como tiene
esa tendencia, se la llama energía marginal del Señor Supremo. La entidad
viviente puede situarse, o bien en la energía material, o bien en la energía
espiritual. Mientras esté condicionada por la energía material, el Señor
Supremo, en Su carácter de amigo, la Superalma, se queda con ella tan sólo para
hacer que regrese a la energía espiritual. El Señor siempre está ansioso de
llevarla de vuelta a la energía espiritual, pero la entidad individual, debido
a su diminuta independencia, rechaza continuamente la compañía de la luz
espiritual. Este mal uso de la independencia es la causa de su lucha material
en el seno de la naturaleza condicionada. Por lo tanto, el Señor siempre la
está instruyendo desde dentro y desde fuera. Desde fuera le da instrucciones
tales como las que se exponen en El Bhagavad-gita, y desde dentro trata de
convencerla de que sus actividades en el campo material no conducen a la
verdadera felicidad. "Tan sólo abandónalas y vuelve tu fe hacia Mí. Sólo
entonces serás feliz" —dice Él. Así pues, la persona inteligente que pone
su fe en el Paramatma o la Suprema Personalidad de Dios, comienza a avanzar
hacia una vida eterna y bienaventurada de conocimiento.
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