jueves, 26 de julio de 2018

Capítulo 13 - Versos 29 y 30


Aquel que ve que la Superalma está presente de la misma manera en todas partes, en cada ser viviente, no se degrada por la mente. De ese modo, él se dirige al destino trascendental.

Aquel que puede ver que todas las actividades las realiza el cuerpo, el cual está hecho de naturaleza material, y que ve que el ser no hace nada, realmente ve.

Comentario de Srila Prabhupada:


La entidad viviente, al aceptar su existencia material, ha quedado en una posición diferente a la que tiene en su existencia espiritual. Pero si uno entiende que el Supremo se encuentra en todas partes en Su manifestación Paramatma, es decir, si uno puede ver la presencia de la Suprema Personalidad de Dios en cada cosa viviente, no se degrada a sí mismo con una mentalidad destructiva, y, en consecuencia, avanza gradualmente hacia el mundo espiritual. Por lo general, la mente está adicta a procesos para complacer los sentidos; pero cuando la mente gira hacia la Superalma, uno se vuelve adelantado en lo referente a la comprensión espiritual.

Este cuerpo lo hace la naturaleza material bajo la dirección de la Superalma, y cualesquiera actividades que ocurren en relación con el cuerpo, no son obras de uno. Todo lo que se supone que hay que hacer, ya sea para la felicidad o para la aflicción, uno es forzado a hacerlo a causa de la constitución del cuerpo. El ser, sin embargo, es ajeno a todas esas actividades corporales. Este cuerpo se nos da conforme a nuestros deseos pasados. Para complacer deseos, a uno se le da el cuerpo, con el cual uno actúa como corresponde. Hablando en términos prácticos, el cuerpo es una máquina para complacer deseos, diseñada por el Señor Supremo. Debido a los deseos, uno es puesto en circunstancias difíciles para sufrir o disfrutar. Cuando esa visión trascendental de la entidad viviente se desarrolla, hace que uno se separe de las actividades del cuerpo. Aquel que tiene semejante visión es un verdadero vidente.

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