Aquel que ve que la
Superalma está presente de la misma manera en todas partes, en cada ser
viviente, no se degrada por la
mente. De ese modo, él se dirige al destino trascendental.
Aquel que puede ver
que todas las actividades las realiza el cuerpo, el cual está hecho de
naturaleza material, y que ve que el ser no hace nada, realmente ve.
Comentario de Srila Prabhupada:
La entidad viviente,
al aceptar su existencia material, ha quedado en una posición diferente a la
que tiene en su existencia espiritual. Pero si uno entiende que el Supremo se
encuentra en todas partes en Su manifestación Paramatma, es decir, si uno puede
ver la presencia de la
Suprema Personalidad de Dios en cada cosa viviente, no se
degrada a sí mismo con una mentalidad destructiva, y, en consecuencia, avanza
gradualmente hacia el mundo espiritual. Por lo general, la mente está adicta a
procesos para complacer los sentidos; pero cuando la mente gira hacia la
Superalma, uno se vuelve adelantado en lo referente a la comprensión
espiritual.
Este cuerpo lo hace
la naturaleza material bajo la dirección de la Superalma, y cualesquiera
actividades que ocurren en relación con el cuerpo, no son obras de uno. Todo lo
que se supone que hay que hacer, ya sea para la felicidad o para la aflicción,
uno es forzado a hacerlo a causa de la constitución del cuerpo. El ser, sin
embargo, es ajeno a todas esas actividades corporales. Este cuerpo se nos da
conforme a nuestros deseos pasados. Para complacer deseos, a uno se le da el
cuerpo, con el cual uno actúa como corresponde. Hablando en términos prácticos,
el cuerpo es una máquina para complacer deseos, diseñada por el Señor Supremo.
Debido a los deseos, uno es puesto en circunstancias difíciles para sufrir o
disfrutar. Cuando esa visión trascendental de la entidad viviente se
desarrolla, hace que uno se separe de las actividades del cuerpo. Aquel que
tiene semejante visión es un verdadero vidente.
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