Considerándote mi
amigo y sin conocer Tus glorias, te he llamado irreflexivamente "¡oh,
Krsna!", "¡oh, Yadava!", "¡oh, amigo mío!". Por favor,
perdona todo lo que haya hecho por locura o por amor. Te he faltado el respeto
muchas veces, bromeando mientras descansábamos, acostándome en la misma cama,
sentándome contigo o comiendo contigo, a veces a solas y a veces frente a
muchos amigos. ¡Oh, Tú, el infalible!, por favor perdóname por todas esas
ofensas.
Comentario de Srila Prabhupada:
Aunque Krsna está
manifestado ante Arjuna en Su forma universal, Arjuna recuerda su relación
amistosa con Krsna, y debido a ello le pide que lo perdone por todos los tratos
informales que surgen de la amistad. Él está admitiendo que anteriormente no
sabía que Krsna podía adoptar esa forma universal, aunque Krsna se lo había
explicado como amigo íntimo de él. Arjuna no sabía cuántas veces podía haber
irrespetado a Krsna al llamarlo "¡oh, amigo mío!", "¡oh,
Krsna!", "¡oh, Yadava!", etc., sin reconocer Su opulencia. Pero
Krsna es tan bueno y misericordioso, que a pesar de esa opulencia actuó con
Arjuna como un amigo. Así es la reciprocidad amorosa y trascendental que hay
entre el devoto y el Señor. La relación que hay entre la entidad viviente y
Krsna está fija eternamente; esa relación no se puede olvidar, tal como lo podemos
ver en el comportamiento de Arjuna. Aunque Arjuna ha visto la opulencia que hay
en la forma universal, no puede olvidar la relación amistosa que tiene con
Krsna.
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